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En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado

"Caperucita", una canción sobre la violencia de género, analizada e interpretada por mis alumnos

Ismael Serrano escribió esta magnífica letra, que mis alumnos de 4º ESO con "Música" han analizado al hilo del 25 de noviembre (Día contra la violencia de género), siguiendo estas pautas de análisis.

Cuelgo como vídeo la versión que mi exalumno Adrián Martínez Abel interpretó con su guitarra, y como ejemplo de análisis el ejercicio fantástico que redactó este curso Lucía Díaz Nicolino, de 4º ESO A.

¡¡¡Con alumnos así da gusto ser profe!!!

"El tema de esta canción no lo clasificaría directamente en el maltrato a la mujer: más bien me parece que trata de los "deberes" que se le atribuyen a la mujer.

Desde un primer momento la letra de esta canción nos habla de un padre que quiere que su hija de 16 años aprenda a hacer las tareas de la casa para "complacer a su marido", e inluso utiliza la palabra "destino", como si a la chica no le quedase otra salida. Es un pensamiento realmente machista; en primer lugar es como una imposición que la chica se tenga que casar y luego que tenga que aprender a ocuparse d ela casa. ¿Qué pasa? Que si la chica decide casarse porque está en su derecho de decir si quiere o no, ¿tendría que ser ella la que se ocupe de la casa y de los hijos? Y si no fuese así ¿ya sería una mala esposa?

La voz es un yo poético-narrativo, ya que narra una serie de sucesos.

El tiempo de esta canción, por las formas de pensar podríamos trasladarlas a hace 70 años, donde la figura de la mujer todavía estaba vista como si los únicos deberes de la mujer fuesen cuidar de la casa y los hijos.

Toda la canción cuenta un período de tiempo desde que Caperucita tiene 16 años hasta que ya es madre, yo lo situaría entre 1 y 2 añños, e incluso menos, ya que antiguamente era habitual casarse a los 16, 17 años...

A Caperucita se la describe como una chica madura pero al mismo tiempo vulnerable e ilusa, puesto que en el fondo es una niña qu elo único que desea es ser libre.

El padre es otro de los personajes, no se nos habla mucho de él, pero por sus acciones se deduce que su mayor deseo es casar a su hija.

De los lobos feroces sólo sabemos son los depredadores de Caperucita.

La métrica es irregular, puesto que cada verso tiene un número de sílabas diferente y la rima también es irregular, aunque la mayoría de versos que riman lo hacen de forma asonante.

La canción habla constantemente de "lobos feroces": es una metáfora puesto que identifica a los hombres como lobos de los que Caperucita no puede defenderse, como si ella fuese su presa.

El primer lobo es ese que "la devora" cuando Caperucita va a la casa de su abuela. Estamos ante una violación en la que se vuelve a ver lo vulnerable que es la chica.

El segundo lobo es su marido, que también "la devora" cada noche, pero esta vez Caperucita tiene que resignarse y llorar cuando su marido se duerme, pues siempre le dijeron que debía "alegrar a su marido en la cama", otro ejemplo del machismo que refleja esta canción.

Caperucita es como un objeto: cuando es "entregada" a su marido este puede hacer con ella lo que quiera, sin que ella ponga pegas.

La canción nos dice palabras clave que constantemente nos cuentan que Caperucita NO es feliz. En los primeros versos se dice que Caperucita tiene 16 primaveras SIN FLORES: es una metáfora para indicar que la chica nunca fue fleiz, seguramente por la presión que ejercía su padre para que se convirtiese en una mujer y de alguna forma no dejarla ser la niña que en el fondo es.

También utiliza palabras como GRIS y FRÍA, que dan la sensación de que no es feliz: por ejemplo, el día de la boda dice que era una MAÑANA GRIS, en la que el padre "lloraba de emoción". Esto es otro signo de que Caperucita no se casa feliz, y si lo hace es sólo para complacer a su padre.

El estribillo es una pura aclaración de que Caperucita no es feliz, y lo único que desea es desaparecer... El verso "quizás alguien me espere en la oscuridad" creo que e suna insinuación de que Caperucita tiene en el fondo la ilusión de conocer a un hombre que la valore, y del que enamorarse de verdad.

Por otra parte, el verso "quién me llorará si me dan alas y echo a volar" nos da a entender que la chica piensa que realmente no le importa a nadie, y si desapareciese nadie la echaría en falta. Sus deseos de escapar son muy grandes, pero al mismo tiempo se ve atada a lo que dicen que es "su destino".

Al final descubrimos que hay algo que sí hace feliz a Caperucita: su hija, a quien la letra de la canción identifica mediante una metáfora (como "otra posible presa de un lobo feroz"), pero en este caso  nos queda la duda de si Caperucita permitirá que su hija viva la misma historia que ella, o dejará que sea ella libre de tomar sus decisiones."

1 comentario

CARMEN RIVERO -

PARABENS AO PROFE E AOS ALUMNOS.

ADRIÁN, SUPERAS TODAS AS EXPECTATIVAS QUE TIÑA POSTAS EN TI. ANIMO E ADIANTE!!!!!