"Zapping de emisoras": tercer relato del año
ZAPPING DE EMISORAS
Corro a toda prisa por la ciudad. El pulso lo tengo acelerado. Tanto es así que me salto un semáforo y por poco atropello a una señora mayor, vestida de rojo muy cantoso - por eso la vi - , hablando y gesticulando por el teléfono, de estas que se te cuelan en el supermercado porque creen que las colas son para los que no padecimos en primera persona los rigores de la guerra civil española, de esas que en el banco dan a entender que el concepto "fila única" no va con ellas. Sigo a toda pastilla, sudando la gota gorda, en este peugeot 206 que me obliga a trazar amplios movimientos con el pie para desembragar cada vez que cambio la marcha. Espero que estés cómoda, Natalia. Haré lo que pueda para que no notes nada innecesario.
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Mi primer día como guardia civil en esta ciudad no pudo haber sido más estresante. Después de una mañana aburridísima en la que tuve que cubrir unos formularios, hacer guardia en el cuartel, atender un par de denuncias menores por hurtos y atender al pesado del teniente, me disponía a comer tranquilamente cuando me llamaron al móvil. "Tu madre se muere. En el hospital. Otro ataque. Ven pronto". La verdad es que el tacto nunca ha caracterizado a mi novia. Pero eso es un poco heavy, creo. La idea de trasladarnos aquí no fue cosa mía, todo lo orquestó (precisamente) mi madre. Quería tenernos cerca en los que sabía que serían sus últimos días tranquilos. Mi tía la cuida día y noche, la verdad es que no sé si yo sería capaz de hacer eso por mi hermano. A Eva le pareció buena idea, nos vinimos el fin de semana y hoy, lunes, me estrené.
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Me doy cuenta de que la música sigue siendo Nirvana, pero que la canción no me gusta tanto como "Come as you are", así que me cruzo y pongo la radio. Mientras cambio compulsivamente de emisora, me relajo poco a poco. No sé qué consecuencias tendrá el haberme ido del hospital de esta manera, pero no creo que me pillen tan pronto. Eso sólo ocurre en series yankis como CSI.
Parece que el tráfico se va condensando a medida que me acerco a la zona vieja de la ciudad... Mierda, hora punta. Empiezo a estresarme e, inconscientemente, tamborileo con los dedos en la puerta izquierda, tras haber bajado la ventanilla."
3 comentarios
LIDIA CASTRO HERNANDO -
Me gustaría que entraras también en el otro (no literario) Un abrazo
http://www.evolucionarnos.blogspot.com
David -
Liidia -