Blogia
En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado

"Orgullo y prejuicio", fantástica novela de Jane Austen

Estoy cumpliendo una deuda de hace diez años (ya era hora) y me estoy leyendo "Orgullo y prejuicio", la novela favorita de mi amiga María, escrita por Jane Austen.

En aquel entonces no fui capaz de leerla, entre otras cosas porque su estilo está muy lejos de lo que me enganchaba en aquella época.

Sin embargo ahora, con una década de lecturas y experiencias en mi mochila, reconozco que se trata de una magnífica obra. Tiene un argumento muy interesante, describe una sociedad aristocrática viciosa y falsa desde el punto de vista de quien la conoce realmente, y además plantea situaciones cómicas y trágicas de párrafo a párrafo. 

Pero, tal y como siempre me dijo mi amiga María, lo que más grande hace a esta novela es, por una parte, la calidad de la narración; por otra, la caracterización de personajes.

La narración, tal y como se muestra en el comienzo de la obra, fluye con mucho ritmo y está llena de aciertos:

"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas.

-Mi querido señor Bennet - le dijo un día su esposa -, ¿sabías que, por fin, se ha alquilado Netherfield Park?

El señor Bennet respondió que no.

- Pues así es - insistió ella -; la señora Long ha estado aquí hace un momento y me lo ha contado todo.

El señor Bennet no hizo ademán de contestar.

- ¿No quieres saber quién lo ha alquilado? - se impacientó su esposa.

- Eres tú la que quieres contármelo, y yo no tengo inconveniente en oírlo.

Esta sugerencia le fue suficiente." (Capítulo I)

(Fijaos en cómo la novela se inicia con una sentencia que se pretende universal, aunque luego veremos que se satiriza en el transcurso de la obra; fijaos también en cómo el narrador impide que hable el marido haciéndolo en su lugar -fragmentos en cursiva -; nosotros, lectores, nos enteramos del chismorreo a la vez que el señor Bennet) 

La caracterización de los personajes es alucinante (cuidado, esto es otro spoiler: si quieres leer la novela no sigas leyendo esto porque la voy a despellejar un poco): seres perfectamente matizados, consistentes, creíbles, humanos, contradictorios en muchos aspectos pero siempre fieles a una forma de ser y de ver la vida. Elizabeth (la protagonista, una mujer inteligente, sincera, divertida e ingeniosa, rebelde al negarse a casarse con el señor Collins, avanzada para su tiempo: cree en la necesidad de estar enamorado para casarse, dulce con su hermana Jane pero dura con el señor Darcy cuando éste la humilla), el señor Darcy (arrogante y misterioso, un personaje intrigante, orgulloso, consciente de su posición social pero dispuesto a saltarse las reglas de juego por amor), el señor Bennet (padre de Elizabeth, un hombre parco en palabras pero cuando dice algo siempre hay explosiones; crítico, inteligente, franco, sarcástico; desprecia la tontería de sus hijas menores y protege y alaba la inteligencia de Elizabeth; burlón con su esposa), la señora Bennet (una mujer de su época, frívola, cotilla, envidiosa, celosa, obsesionada por conseguir casar a sus cinco hijas y atormentada por la pérdida inminente de su herencia familiar cuando muera su esposo, debido a una ley que desvía sus bienes al siguiente varón de la familia, el señor Collins), Jane (la hermana de Elizabeth que no es tonta perdida, un ser tímido, dulce, enamorada del señor Bingley), el señor Collins (primo del señor Bennet, heredará todos los bienes de la familia tras su muerte, es un clérigo anglicano en busca desesperada de esposa, bajo la protección social de Lady Catherine de Bourgh; habla mucho pero dice poco, muy correcto, incapaz de amar más allá de su imaginación, obsesionado con agradar a todo el mundo), etc.

Hay varias versiones cinematográficas de la novela. Destaco dos: la serie de 1995 de la BBC es magnífica. La versión para cine de 2005 da pena, a pesar de que haya tenido ocho nominaciones a diversos premios (entre ellas, cuatro Óscars, que afortunadamente no ganó). Para que hagáis una comparación cuelgo en este artículo el momento de la primera declaración de amor del señor Darcy a Elizabeth.

Fijaos en cuántos cambios se aprecian desde el original (la página 82 de la edición que podéis descargar gratis desde este enlace) y la serie a la versión de cine.

Cliqueando aquí accederéis al artículo que hizo Isabel sobre esta novela.

1 comentario

María. -

Acabaré por creer que efectivamente el tiempo lo cura todo (o casi).