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En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado

"Lo esencial es invisible a los ojos", reflexión

"Lo esencial es invisible a los ojos", reflexión

Reutilizo esta fotografía haciendo una reflexión: lo esencial es invisible a los ojos.
Del mismo modo que un espectador poco observador podría no ver la sombra que se proyecta sobre la pared en la imagen, muchas personas son incapaces de ver más allá de lo que tienen delante.
Algunos son profesores incapaces de reconocer en sus desastrosos alumnos algo más que una recua de ceros, otros son políticos que confunden el mal olor de la basura no recogida con el olor de la clase trabajadora a quien deben mimar si quieren tener la ciudad limpia, otros son famosillos de pacotilla que no ven más allá del precio de la ropa de las personas que los rodean (y a quienes deben su fama y su poder adquisitivo)...
A todos estos mentecatos, cegatos, topos, etc... habría que hacerles llegar este mensaje: lo que hay ante tus ojos no es más que aquello que te queda cerca, pero siempre hay algo más allá de lo evidente.
Lo esencial es invisible a los ojos, como decía El principito, o lo que es lo mismo: ni es oro lo que reluce, ni todo es exactamente como aparenta ser.
Compartir el mundo a veces nos obliga a soportar comentarios bobalicones, frases huecas heredadas pero ni siquiera pensadas, comentarios que se pretenden sarcásticos o hilarantes y que, sin embargo, en la mayor parte de los casos dicen más del que habla que de quien se está hablando.
A los famosillos les diría que se buscasen un buen apoyo para el mañana, ya que la fama dura lo que dura el eco de la moneda rodando antes de parar. Una vez que se frene, se acabó lo que se daba.
A los políticos les diría que se anduviesen con cuidadito, que la voz del pueblo tarda en hacerse oír, pero todo llega, y "a todo porquiño lle chega o seu san martiño", y que aunque hoy nos estén diezmando las arcas públicas y se estén llenando las despensas, habrá un mañana en el que tendrán mucho miedo. Todo llega.
Y por último a esos profesores que acechan con su absurdo arsenal de armas oxidadas (la regla y la vara de mimbre quedaron atrás, ahora se lleva más el machaque psicológico reiterado, las faltas de respeto sibilinas e indemostrables, la propaganda antiasignaturas y el maltrato psicológico a través del ridículo, de la comparación y del uso indiscriminado de antecedentes como propaganda pro/anti-alumnos) que se preocupen más por reivindicarse demostrando que NO son basura, y respetando a quienes deben el pan que comen cada día: sus alumnos.
Sin ellos no somos necesarios, no son ciudadanos de segunda, su inexperiencia se solucionará con la misma rapidez con la que se pudrirá nuestra salud, tienen toda la vida por delante, y aunque no todos vayan a ser grandes estudiantes ni vayan a obtener grandes resultados en nuestros "amados" informes PISA y su puta madre, son seres humanos que compartirán con nosotros algunos de los mejores años de sus vidas: no estropeemos lo que ya de por sí será una dura etapa vital. 
Algunas personas sólo ven el montón de basura alumbrado por unos focos. Yo prefiero quedarme mirando para la sombra prometedora que trepa por la pared. Porque lo esencial es invisible a los ojos.

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