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En el río pasan ahogados todos los espejos del pasado

SONETOS DE DESPEDIDA PARA PAULA Y MARCOS

SONETOS DE DESPEDIDA PARA PAULA Y MARCOS

ÉGLOGA DEL PIRATA FORAJIDO

DESPEDIDA POÉTICA EN TRES CANTOS

 

CANTO Nº 1 - PRELUDIO

 

I

Se escurren hoy las rimas, no se atreven

a herrar los cascos de vuestros corceles,

aun siendo con palabras en papeles,

floral presente, paraguas si llueven

los pétalos oscuros de amapolas

ensangrentadas con la indiferencia

de quien ignora vida y toda ciencia,

de almas que vagan por el mundo solas.

Se escurren hoy los versos, se estremecen

al ver tendidos, sin pinzas, sobre ellos,

momentos que hoy se suman a un pasado

cargado de futuro, allí no escuecen

los labios amarillos, cortos cuellos…

Aquí sonríe el yunque aún embrujado.

 

II

Agito la cabeza por si encuentro

palabras adecuadas al momento,

y aunque se mezclan tristeza y contento

asumo que la procesión va dentro.

La letra impresa vuela traicionando

las raíces dadas entre surcos finos,

estela de bolígrafos, caminos

que el dedo a oscuras besa, intentando

oír con manos suaves el proceso

en el que pare el día un nuevo rayo,

instante mágico en que todo es nada,

no sólo porque alumbra más de un beso

igual de tierno en otoño que en mayo,

sino porque es la música callada.

 

III

¡Manos arriba! ¡Esto es un atraco!

endecasílabos demando ahora,

de arte menor no es digna tal eslora,

nave o buque, llevamos lleno el saco.

Pirateando por los mares tristones

do´ pasa sed de sangre el cruel pirata,

desátense los médicos la bata

pues llegan tarde, atiendan corazones.

Naufragio inevitable, sacrificio,

castigo infame, turba arrolladora,

aplauso envenenado, tibias manos,

un barco a la deriva, ¡qué suplicio!

nocturnas aves, huyen de la aurora

que hará olímpicos a estos humanos.

 

 

CANTO Nº 2 – EL NAUFRAGIO

 

IV

Surca los mares el poeta pirata

en busca de aquel tesoro perdido,

oculto más allá de lo sabido,

oasis de locura y paz ingrata.

Mantiene sobre el hombro escocido

el útil con que roba a las estrellas

sus destellos y tallas, ¡son tan bellas!,

otea en lontananza, forajido,

cómo las olas muerden las orillas,

muriendo en hecatombe inútil, fría,

herida abierta de la madre tierra,

y pues este pirata errante yerra,

descubre entusiasmado maravillas

capaces de obviar la lejanía.

 

V

A una tierra lejana, digo, llega,

hincando el pie de roble en la arena,

Ulises liberado, no hay sirena,

tan sólo a un ser su atención entrega.

Calypso siente celos, no hay amor,

Nausícaa araña el suelo donde pisa,

pirata cruel, guiña el ojo a la brisa

el frío ciega, apaga su candor.

Pirata que extrañó al mar vigués,

que oyó los pasos secos de la muerte

soplando en otros lares muy muy fuerte,

regando bocas húmedas de estrés,

secando sed infame: ¡un whisky fuerte!,

burlando a Apolo, ¡¡Baco se divierte!!

 

VI

Pasado un tiempo, el pirata olvida

aquel aroma aéreo de la Ría,

y escurre (como el ave que no pía)

sus patas entre paja removida.

Durante tal proceso, emigrante,

conoce a otros viajeros como él,

capaces de volver la hiel en miel,

alquimia extraña, un don impactante

que a bastantes, poco a poco, seduce,

aunque muchos confundan ese brillo

con arrogante filo de cuchillo,

la bravuconería que conduce

al abismo del flautista estafado,

a la lluvia de niños, un cruel hado.

 

 

 

 

 

 

VII

 

Primero la encontró a ella, Paula,

persona en quien los números se suman,

ni llamas ni incencios la ahúman:

siempre con su sonrisa llega al aula,

La jaula donde las desdichas crecen,

que tiene cien barrotes invisibles,

aquella donde mueren impasibles

las ilusiones que los meses mecen,

esa prisión, oscura y congelada,

también llamada infame vertedero,

nunca jamás por ella fue pisada:

vigila siempre con su temple austero

el vértigo que a la virtud se acopla,

pues ser ecuánime es ser verdadero,

y entonces no siempre el viento sopla.

 

VIII

 

Con ella descubrió la vida aparte,

ese rincón del día consumado

en que las copas bailan a tu lado

siempre que logres entender el arte

de combinar la música nocturna

con el rigor del sol, cumplir horario,

llegar a tiempo, un bien necesario,

ser compañero y ave taciturna.

Con ella comprendió que ser de Vigo,

viviendo aquí, en Verín, o donde sea,

no pesa tanto si eres buen amigo,

pues no hay ningún ciego que esto no vea:

no hace la Mancha hidalgo a don Quijote

ni mosquetero a Sancho aquel bigote.

 

IX

 

Una mujer completa, talismán,

firme, alegre, profunda, sincera,

echando una mano es la primera:

es fuerte, diamante, es el volcán.

Sus ojos de pilla siempre delatan

que ayer fue más loca, ahora serena,

corona su ser tostada melena,

sonrisas felices que a algunos matan.

Un baile le pide, la vida entrega,

este pirata cojuelo a Paula,

viven etapas de fiesta que llega

de clase afuera, de la calle al aula,

así es en Verín la convivencia,

espero que Vigo tenga paciencia.

 

 

 

 

X

 

Al poco se encuentra a otro corsario,

persona capaz de abordar los barcos,

un firme guerrero, llamado Marcos,

para quien no hay cita en el diccionario.

La lengua se frustra buscando nombre,

queriendo cercar con letras y sones,

idea que resuma las acepciones

que pueden decirse hoy aquí de este hombre.

De aspecto temible, gran estatura,

brazos enormes, atlético porte,

desmiente pronto toda conjetura

hablar con él: sabe dónde hay un norte,

esto avala su mirada noble:

amigo por siempre, bueno cual roble.

 

XI

 

Su lucha cada día entrando en buques

cargados con los presos de otras guerras

incita hacia su puerta a aquellas perras

que comen hoy los restos de los duques,

creyendo que con eso algo se pega,

creyendo que con eso son mejores,

obviando que favores y honores

son plantas diferentes, no las riega

la misma mano firme y sincera

que arrima el ala enorme cobijando

en la estación que aún no es la primavera,

sino que es mano cruel y va matando.

Por eso no es corsario de alianzas

aunque lo pesen hoy muchas balanzas.

 

XII

 

Un hombre luchador que nada debe,

partió cada tronco a mano desnuda,

su choza es un mañana que hoy saluda

a aquellos con quien la Concordia bebe.

Amigo, profesor y compañero,

entrenador de grandes jugadores,

pudo ganarse todos los honores

pero quiso elegir el bien primero:

con Paula se encontró, no estaba escrito,

y nadie supo verlo – impredecible –

pero eso es lo mejor de nuestra vida:

no te convencen con la voz en grito,

nadie puede decir “es imposible”,

soñando sí se encuentra una salida.

 

 

 

 

 

CANTO Nº 3 – EL REGRESO

 

XIII

Una vez que llegamos a este punto,

debo guardar la tinta y la saliva,

pues es ya larga ahora esta misiva,

y pienso que está todo aquí ya junto.

Sabéis, pues, lo que pienso, soy pirata,

sabéis, pues, lo que siento, soy poeta,

y aunque no tenga aquí una saeta

Cupido huyó de mí como una rata.

Espero que la estela de ese barco,

aquel en que con tanto ahínco viajáis,

sea larga, ancha, espesa, generosa,

que nunca os manche el barro de aquel charco,

sois dos buenas personas, destacáis,

prosperad: no os merecéis otra cosa.

1 comentario

MARIA LUISA RODRIGUEZ FIGUEIREDO -

BUENOS DIAS SOY LA MADRE DE HILDA
Y QUIERO APROVECHAR PARA DARTE LAS GRACIAS POR TU APOYO INCONDICIONAL,
REALMENTE ES MARAVILLOSO CONTAR CON GENTE COMO TU.
APOYASTE A HILDA Y A TODO EL GRUPO DESDE EL PRINCIPIO, Y ELLOS SABEN QUE EN TI TIENEN UN VERDADERO AMIGO.
GRACIAS DE NUEVO.
UN SALUDO