Poemas sobre la sirena que se enamoró del hielo
Mi amiga Antonia escribió un fantástico Romance que narra la historia de amor entre una sirena de río y el hielo que espera en lo alto de la montaña.
Yo versioné con dos sonetos esa misma historia.
Aquí tenéis los dos textos:
ROMANCE DE LA SIRENA QUE SE ENAMORÓ DEL HIELO
Será que las palabras nacen
a la orilla de los ríos
cuando las sílfides cantan
en los aires blanquecinos
que no podía parar
al caballo en los bajíos
y las voces le brotaban
como sapos encendidos.
- De norte a sur me recorre
esta niebla del camino,
una conmoción de fuegos,
mordiscos arrepentidos,
que no logro verte, amado,
en los espejos continuos
de las aguas que me habitan,
de la sangre que mastico.
Sus escamas tras la venda
le preguntan al unísono:
"¿Qué buscas en los caozos?"
- Silencio de hielo alpino.
Tiene un rumor en los labios
que me llama sin sentido,
un sabor a hierba fresca
en sus ingles escondido,
la luz se pone violácea
en las puntas del espino
si sus ojos negros dicen
con lengua de doble trino
mi nombre entre la retama.
"Deja el rastro, está dormido.
Y tu herida huele a sombra,
y tu corazón a cirios."
-He de llegar a la escarcha
de sus amores prohibidos.
"Deja el rastro, se encenaga
tu caballo ya en el limo,
y tus dedos en las crines
se están quedando sin brillo."
-No puedo parar mi alma
aunque me burle el destino.
En los carámbanos altos
nadan besos reprimidos,
quiero bebérmelos todos
que caigan por mi vestido.
Si luego la Luna clara
me sumerge en el olvido,
no serán amores muertos
sino peces encendidos.
[Dicen que]
en el remolino blanco,
congelándose el rocío,
una sirena se asoma
con su canto conmovido
que trasluce los nenúfares
que las gotas hace vidrio.
Por el aire de la loma
suben cristales divinos.
SONETOS DE LA SIRENA QUE SE ENAMORÓ DEL HIELO
Esculpe el agua piedras y montañas,
Seduce con su danza y sus recodos,
Cruel cuando se oculta entre los lodos,
Acrílica en los ojos sin legañas.
Moviéndose cual ascuas en la hoguera,
Atisba unas escamas en la arena:
Sorprende enamorada a una sirena;
Nociva, la extirpa de la ribera:
-“¡Estás celoso, Padre! ¿me castigas?”
-“¡Vuelve a mis brazos, hija, te lo ordeno!”
Amarga un bofetón sus labios secos.
-“Dolida te abandono, así maldigas
Al pecho que me expulsa de tu cieno,
Señor en quien terminan hoy mis ecos.”
Cruzó sus tercos brazos el gran Río.
Umbría primavera la abraza,
Misteriosa, deshace su coraza
Besando con sus ojos al estío.
Recubre sus escamas con la nieve,
Escucha con sigilo sus secretos,
Se tumba acariciando los discretos
Sueños que ya no crecen si no llueve.
Aleja todo rastro del pasado,
Lee entre los besos del deshielo,
Acuna entre sus senos el otoño tierno.
Decide ir a la cumbre con su amado,
Aprieta bien los dientes, muerde el cielo,
Se acerca cabalgando, ya es invierno.
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