ELEGÍA CIRCENSE, nuevo texto
ELEGÍA CIRCENSE
Yacen.
No están tumbadas.
…
Si estuvieran durmiendo,
si pudieran estar soñando,
si se hubieran acostado al menos…
…
Pero no.
No hay vida en sus cuerpos,
como sacos de patatas vacíos,
con tan solo el resto polvoriento de lo que en algún momento fue una
vida,
como cajas huecas donde ya ni siquiera resuena el triste
eco
de
la
mú-
si-
ca
de sus triángulos chocando
y chocando
al ritmo del bamboleo inconsciente del sabio y prudente
burro
que tiraba del carro circense.
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